El pasado 13 de marzo presentamos en La Paz mis libros Minoría Absoluta (prosa) y Los Espejos Sonoros (poesía) gracias a la Editorial 3600 de La Paz (Bolivia), y a quienes lo hicieron posible: Willy Camacho, Marcel Ramírez y Claudia Pardo.
El libro de poemas, consiste en 3 partes: la primera trae poemas de verso libre, la segunda, Bonus Tracks, haikus y la tercera, Décimas de sí mismas, verso métrico. Les dejo unos poemas de Los Espejos Sonoros:
LA VIDA CON HEADPHONES
La vida con
headphones
nos ampara de las
gárgaras y flatulencias
de la propiedad
horizontal,
de los bocinazos
indoctos
de la práctica
social en clase turista.
Nuestro pequeño
universo
de divas y rockstars
es la burbuja
narcótica
que nos otorga
inmunidad
en la inmundicia.
Dios guarde a los
necios
de nuestra humildad
arrolladora.
PAÍS
“Te amo, te odio, dame más”
Charly García
qué
país profundo.
como
las cuencas de los ojos de las señoras
que
venden chicles en la madrugada,
como
las cuentas de ahorro, hondos precipicios sin futuro.
qué
país barato: la vida no vale nada.
qué
país extraño:
los
enmascarados son más celebrados que los que dan la cara.
que
país de amores: te dan, te dan, te dan.
qué
país jazzero: vivimos improvisando.
somos
la metáfora astuta del montón-quinientos,
la
película delicada de cebolla que nos aletarga en un sueño lloroso.
somos
lo que hay pero no lo queremos ver,
por
eso bailamos y damos vueltas
y
nos caemos de borrachos al suelo húmedo y mugriento.
uno quiere ser de todas
partes pero pertenece a una sola,
como las raíces que nos
rigen.
uno no es más que la tumba
de los pájaros futuros
la silueta difusa de los
condenados ambulando en la neblina nocturna.
Bolivia, piedra informe,
charco demente,
sopa de sangre con
figuritas de próceres malhadados,
mercado inmanente,
accidente fatal, balanza trucada.
te amo, te odio, dame más.
Bolivia, avispero virtual
sacrificio aéreo
bocado de vacas flacas
amor cálido, picante, agrio,
salobre.
Puedo
ponderar ese fabuloso manicomio que es
la
poesía boliviana,
la
psicodelia gastrointestinal
el
alcoholismo congénito
la
fraternidad indiscriminada
la
picardía folklórica
el
automovilismo temerario,
puedo
apelar a la ceguera del amor.
Pero
creemos en la cultura de museo,
en
la libertad de un himno escrito por cerebros europeos
hace
cientos de años.
Afuera
se cuece otro guiso
que
no sé si llegaremos a saborear.
Mientras
tanto, soy un desubicado a tiempo completo:
no
entiendo el mundo ni sus mecanismos ni intereses.
Desconozco
mi lugar en el rompecabezas.
Me
bajo del avión, ando por calles atestadas
y
veo carteles de productos que no conozco
anunciados
por una legión de chicas flacas
que
cantan Viva mi Patria Bulimia
en
horrorosa polifonía.
PACHAMAMA
La
pachamama es una matrioska viuda
la
apoteosis de la continencia
el
mundo dentro del mundo (mundo-in-mundo)
magnificado
por cristales como los ojos de las moscas.
La
pachamama armada con coplas y yerbajos
con
valerosas hormigas, con bacterias que retoñan militarmente.
Todavía
tenemos para rato de su parsimonia larval,
de
su ondulación gigante,
del
paño topacio que alguien llamará cielo en verano.
Es
más saludable mirar la vida a través de un caleidoscopio
o
de un libro descosido
que
explicarse su fisiología.
Aprendamos
de una vez por todas que la Tierra no nos necesita,
ella
solo conoce el ciclo demente de la autofagia
la
implacable eternidad de los dioses ciegos.
Lo
mejor que podemos hacer por ella
es
callarnos la boca
y
escuchar atentos su rumor terrible de sirenas, de avispones,
de
mareas que suben y bajan.
Ella
se amamantará a sí misma ad infinitum,
y
no tendremos nada que ver,
la
naturaleza es perversa y autosuficiente,
podéis
iros en paz, hermanos,
la
vida no vale nada,
hay
que ganarse el pan
quitándolo
de otra boca
y
aunque nos sintamos amos y señores
al
final de cada día
estaremos
incompletos,
y
nos buscaremos unos a otros
para
apretarnos con fuerza.
Un
día quizás habremos conquistado
los
confines del universo
pero
todavía nos deberemos el lucero de la locura,
el
ínfimo capricho del amor,
la
libertad sagrada de la imaginación.
LOS ESPEJOS SONOROS [3]
“un organismo en el aire, se llevó lo que miraba...”
Luis Alberto
Spinetta
que una canción
no resuma, que
rezume.
que no cambie al
mundo, que lo abrigue y le de fe,
que un pentagrama
sea un amable tendedero
de ropas húmedas y
coloridas,
que el espacio entre
las notas
deje entrever la
línea diagonal del horizonte,
que entreteja en el
aire
la banda sonora del
parto de las criaturas salvajes.
Que la palabra y el
sonido
se engarcen en una
prueba de nado sincronizado.
Que una melodía no
traiga tiempo sino futuro,
que te bañe con su
pequeña fluorescencia
que crie
microorganismos milagrosos
en el backstage de la
soledad.
Que te vaya bien,
amigo, padre en año luz,
que tu canto brille –también-
del otro lado.
El Arquero
Junto los recuerdos
con pala en el
patio,
sintonizo radios
donde no hay ni un
cuerdo.
Vivo en el pasado,
rompo los candados
que el tiempo me ha
impuesto.
Ya no soy el mismo:
duermo en el abismo
con los guantes
puestos.
Amateurs
Por soledad los
invocan
como fantasmas de
piel,
podría ser ella o él
el que recibe o
emboca
Ya no se trata de
hambre
si no de saber comer,
todo puede suceder
cuando transpira la
historia,
cuando tienes la
memoria
amarrada con
alambre.
Los amantes amaderos,
amorosos amateurs
da lo mismo cinco o
diez
en sus densos purgaderos
no importa qué fue
primero
el huevo o la
gallina
si es ordinaria o
fina
la costumbre de
coger
ni si es de hombre o
mujer
el palo del
gallinero.
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