noticiero
es para volverse loco
el secreto intersticio entre los
días,
la piel agrietada de la memoria.
son un cruel juego de baraja
las posibilidades violentas de la
velocidad,
de la genética familiar, de la
intoxicación alimenticia.
el recordatorio de nuestra
insignificancia
debiera ser edificante pero no lo
es,
nadie quiere ser menos que dios
en esta carrera de galgos que es
la vida adulta,
en este circo de fenómenos que son
las sociedades
que se llenan la boca con
democracia, tolerancia y pluralidad.
esa conciencia solo nos quema los
cables,
nos provoca cortocircuitos en la
imaginación,
nos inscribe en el libro guiness
de la soledad.
por eso nos reímos de la desgracia
ajena
por eso matamos por defender el
color de una camiseta sudada
por eso adquirimos compulsivamente
perfumes y bálsamos
que oculten el olor de nuestra
muerte.
la inmolación pasó de moda,
ahora entramos todos
voluntariamente y en rebaño
a la moledora de carne del futuro.
Ese rumor agudo que llega del
cielo
son los aliens riéndose de
nosotros.
mundo-in-mundo
pobrecita baby
blue,
baby black,
baby white: todos los modelos
de nenas
mimadas de todos los colores y escandaletes,
las divas de
alados afeites, de los dimes y diretes.
¿qué se siente
ser objeto de una idolatría?
¿cuántos
millones pagan tu soledad central?
bailar en la
boca de la gente
es menos una
metáfora hábil
que la
comprensión última de la naturaleza zoológica del espectáculo.
pobre nena
linda, piel de porcelana,
pestañas
estalactitas, caderas de jarrón etrusco,
sonrisa
plástica sostenida en el aire,
bellos pies
mínimos asomando debajo de las galas estrambóticas
que los
caprichosos llaman moda
y los ilusos
visten maquinalmente.
la alfombra
roja se alimenta de la sangre de los que no alcanzaron la fama.
a ti no podré
invitarte a una salteña
o a una
caminata por el parque.
pobre beldad
rica, virgen de los ipads
condenada a la
caridad sistémica,
a la conversión
del plomo en oro.
pierde cuidado
que nosotros
vamos a
desearte para siempre
vamos a soñar
con tu olimpo venenoso
vamos a
guiñarnos los ojos groseramente
observando tu
poster
en las tardes
soporíferas de billar y cerveza.
con lo que nos
queda de ilusión vamos a imaginar
tus veranos
eternos
tus fragancias
corpóreas.
y tú tal vez
nos veas un día al fondo de las noticias,
como esos
chicos que saltan detrás de los goleadores para salir en la tele.
en ese mundo
inn:
sempiternos cetros
y apostasías.
en este
mundo-in-mundo:
pantallitas y
luces de colores para hacernos a la idea de un alma.
juro que te
querremos honestamente
aunque todos
nosotros tomaremos una mujer
cuando caiga la
tarde de la pubescencia.
tú proseguirás
tu existencia pautada
sin asomar
siquiera a los misteriosos deleites de la imperfección,
sin probar
jamás las mieles del inconmensurable amor de los feos.
[1984]
“...es apenas un péndulo vulgar”
Nicolás Ortíz
te requerirá de
pasiones,
proclamará la
melancolía como único atributo del amor,
edulcorará el
divorcio y el abandono con ornamentos propios de motel,
te lamerá las
orejas con un bla bla meloso y obsceno.
tendrás que ser
fuerte:
suspender tus
jugos,
apagar las
llamas que te devoran la insensatez.
con el fin del
mundo a la vuelta de la esquina
no hay lugar a
salvo para una cartucha como tú,
que no es ni
maledicente ni maleducada ni nada
sino un obtuso
papagayo conceptual.
que la noche no
te irrigue los párpados,
no te dejes
caer en tentación, líbrate del mal.
guárdate de las
falacias seductoras
de la lengua zalamera de
julio iglesias.
anarchy in the
k.o. (los asesinos risueños)
se trata de que la vida sea una
fiesta,
de que al agujero inmundo de
nuestro barrio le crezcan alas,
de que chorree música de los
balcones.
se trata de hallar la raíz
cuadrada del jazz,
de contarle las vértebras a la
Cordillera,
solo por diversión.
se trata de que todos nos
escondamos un día lunes, todos,
y que nadie filme las calles
vacías, que nadie mire la tele,
que nadie telefonee, que no mires
ni el buzón del correo,
que los poderosos se caguen de
miedo con nuestra indiferencia.
sabemos que es mucho pedir.
por eso nos inmolamos online como bonzos de la estupidez,
estallamos el coche-bomba de la
displicencia.
de nada sirve ya llorar, mesarse
los pelos,
vociferar en la megafonía.
se trata de hallar dicha en la
domesticación
y aprender a mostrar los dientes
en el lugar y momento precisos.
después de todo allá afuera nos
matan todos los días
con una irresistible sonrisa en la
cara.
precognición y poema gato
cuál será el instante
de la precognición,
del llanto
prenatal, del dios desocupado.
cuál es esa
eternidad previa a la rueda de los ciclos,
cuál el ser al
que le debemos imagen y semejanza,
el carbono
catorce del barro primal,
el papá del
papá de los monos.
la historia es
una serpentina china,
un brochazo
circense en el firmamento.
del cero al uno
hay galaxias que nos ignoran olímpicamente.
a qué se parece
esa semilla
que un día
nombraremos casa, teta, mamá.
qué hago aquí
en la cola para el autobús,
si hasta
inmóvil soy parte de la procesión de los genes,
de las
moléculas, de los estadios y los archivos cerebrales.
qué venas
difusas dibujan las calles de todas las ciudades de todos los países,
qué agujero
impávido se traga nuestros sueños,
nuestros días
laborables,
nuestros
chequeos del sábado por la tarde,
los hijos que
nunca tendremos.
qué le importo
yo al mundo:
una pequeña
célula sin rostro,
un granito de
arroz
en la comilona
celeste.
cómo se escurre
la vida por entre las casas,
cómo brinca y
jode en los basureros.
cómo se nos ríe
en la cara el poema gato del destino.
confesión y poema gato
poco y nada sé
de la vida,
de su álgebra y
entuertos.
me entretienen,
fascinan, confunden
los sofismas de
aire,
la mujer del
prójimo,
los poemas
gato.
con poema gato
quiero decir esas entidades de palabras con la cola alargada
que se escurren
entre los muebles, dejan pelo por toda la casa
y reinan en los
tejados.
poemas que
hacen público su celo,
que son
traicioneros y melosos a la vez,
que son dignos
y crueles,
cancheros,
autónomos y sexys.
los poemas gato
habitan los intersticios
del bien y del
mal,
del ají y el
azúcar
y dialogan con
la oscuridad
desde dos
estrellas radiantes que escanean los misterios.
poco y nada sé
de la vida,
vivo en una
casa que se enfrenta a un patio donde el otoño es perpetuo.
en una ciudad
cuyo único río la envuelve como una serpiente.
en un
continente incontinente, en un geriátrico a cielo abierto.
qué se yo del
mundo, de las agudas finanzas, de las ideologías oportunas.
desde esta
ventana ruego todos los días
que aparezca un
poema gato, uno sólo.
mientras, me
hago viejo.
afuera caen las
hojas -puede que sean pájaros-
que presagian
lluvia, puede que sea nieve.
poco y nada sé
de la vida,
pero aquí me
tienen
con el corazón
entre las manos p’aspas
y los ojos bien
abiertos al sol criminal de la esperanza.
desahucio
“No es el fin del mundo, es solo el fin de todo lo que
fuimos”
Herbert Vianna
si vas a irte
de aquí hazlo con estilo:
desintégrate en
un rayo que hiera al cielo,
procrea tu
propia sed en un alarido de amor gigante.
si vas a
perecer en la cima de la montaña,
practica la
cruel sátira de la autofagia.
si nos van a
abandonar a nuestra suerte en el desierto
al menos
pintemos de colores vivos la cartografía,
para que los
exploradores de otros mundos
encuentren nuestros
esqueletos risueños
y bañados por
un oasis imaginado.
ante el juicio
del mundo maquinal
preséntate como
un ave de papel,
un funámbulo
diagonal,
un beso gráfico
en las constelaciones.
te deseo la luz
amiga de la aurora,
la fauna
eléctrica de los subterráneos,
el alimento expedito.
que tu voluntad
sea férrea como la noche negra,
que tu sueño
sea límpido como el alma de un pez.
que tu pequeña
vida esplenda como la luz del infinito.